En su homilía en Casa Santa Marta el Papa repitió que Dios no quiere condenar a nadie porque es padre y sabe que sus hijos tienen mucho camino por delante.
FRANCISCO
“A mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande, que cree que ya es mayor pero que todavía está a mitad del camino. Y el Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad del camino y muchas veces necesitamos esto, sentir esta palabra: 'Ven, no te asustes, ven. Hay perdón'”.
Por eso el Papa pidió a los sacerdotes que no se escandalicen ante los pecados grandes que escuchen en la confesión y que sepan acoger a las personas que acuden a ellos.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Vatican News)
“No amenaza, sino que llama con dulzura, dando confianza. “Vengan y discutamos” son las palabras del Señor a los jefes de Sodoma y al pueblo de Gomorra, al que – tal como explicó el Papa – ya ha indicado el “mal” que hay que evitar y el “bien” que hay que seguir. Y así también lo hace con nosotros:
“El Señor dice: ‘Ven, vamos. Ven y discutamos. Hablemos un poco’. No nos asusta. Es como el papá del hijo adolescente que ha hecho una travesura y debe reprenderlo. Y sabe que si va con el bastón la cosa no irá bien, debe entrar con la confianza. El Señor en este pasaje nos llama así: ‘Vamos, vengan. Tomemos un café juntos. Hablemos, discutamos. No tengan miedo, no quiero aporrearlos’. Y dado que sabe que el hijo piensa: ‘Pero yo he hecho algunas cosas’… Inmediatamente: ‘Incluso si tus pecados fueran como la escarlata, se volverían blancos como la nieve. Si fueran rojos como la púrpura, llegarían a ser como lana”.
“Demos gracias al Señor por su bondad. Él no quiere aporrearnos ni condenarnos. Ha dado su vida por nosotros y ésta es su bondad. Y siempre busca la manera de llegar al corazón. Y cuando nosotros los sacerdotes, en el lugar del Señor, debemos sentir las conversiones, también nosotros debemos tener esta actitud de bondad, como dice el Señor: ‘Vengan, discutamos, no hay problema, el perdón está’, y no la amenaza desde el inicio”.
“A mí me ayuda ver esta actitud del Señor: el papá con el hijo que se cree grande, que se cree crecido y aún está a mitad de camino. Y el Señor sabe que todos nosotros estamos a mitad de camino y muchas veces tenemos necesidad de esto, de escuchar esta palabra: ‘Pero ven, no te asustes, ven. El perdón está’. Y esto nos anima. Ir hacia el Señor con el corazón abierto: es el Padre que nos espera”.