En el mundo contemporáneo algunos acuden a libros de autoayuda, artículos de revistas o páginas web para encontrar soluciones a sus problemas. El monje americano Augustine Wetta asegura que las mejores respuestas están en un libro de hace 1.500 años.
Él y otros monjes siguen la vía de Los doce grados de la humildad, un método de doce pasos escrito por San Benito en el siglo V. Las reflexiones de esta guía inspiraron a Augustine Wetta a escribir el libro “La Humildad Manda”, con el objetivo de adaptarlas a jóvenes cristianos de hoy.
P. AUGUSTINE WETTA
Autor, “La Humildad Manda”
“Nada en el libro es original. Espero las críticas, que alguien comente: 'No estás diciendo nada nuevo'. Y es verdad, solo estoy transmitiendo la sabiduría que recibí de los monjes más sabios del monasterio”.
Aunque el monje afirma que su libro no es original, sí lo son en cambio las imágenes que lo ilustran. Empezando por la portada, cuadros tradicionales de San Benito y otros santos y religiosos se convierten en imágenes modernas de la cultura pop que se repiten en casi todas las páginas. Así, monopatines, ordenadores o balones de baloncesto aparecen añadidos con Photoshop.
P. AUGUSTINE WETTA
Autor, “La Humildad Manda”
“La terrible enseñanza que le damos a los niños en repetidas ocasiones. Que lo que los aleja de la felicidad es culpa de los demás. Pienso que el único antídoto real para ese narcisismo que fomentamos en nuestros niños es la humildad”.
El autor insiste en que con la humildad viene también una genuina autoestima. El proceso es ciertamente más difícil que los que proponen las guías para “obtener de forma rápida la felicidad”. Por eso, el padre Wetta utiliza el humor para recordar que esforzarse es algo natural.
P. AUGUSTINE WETTA
Autor, “La Humildad Manda”
“Cuanto más imperfectos somos y más fallamos, mayor es el espacio que Dios tiene para actuar con su gracia. Y eso es inmensamente consolador”.
El libro se compone de capítulos breves acerca de los doce pasos que alejan al lector de la prepotencia. Así que, si San Benito haciendo deporte consigue sacar una sonrisa, el método “La Humildad Manda” podría proporcionar otra más duradera.