Todos los años, al comienzar la Cuaresma, el Papa se aleja de Roma unos días para realizar ejercicios espirituales en Ariccia, una pequeña localidad situada a las afueras de la Ciudad Eterna.
Lo acompañarán los responsables de la Curia. Normalmente estos ejercicios espirituales se hacían dentro del Vaticano pero de esta forma era muy fácil no dedicarse por entero a la oración.
El sacerdote encargado de la predicación es José Tolentino de Mendonça, vicerrector de la Universidad Católica Portuguesa.
Puesto que Francisco no estará en Roma no habrá audiencias públicas ni encuentros privados. El papa regresará el viernes 23, día en el que ha convocado una jornada de ayuno y oración por la paz, especialmente en Sudán del Sur y República Democrática del Congo.