A pesar del frío romano, el Papa ha tenido la audiencia general en la plaza de San Pedro. Como en la primera fila había un grupo de niños italianos, Francisco les ha invitado a recorrer la plaza en el papamóvil.
Por el camino le han lanzado esta camiseta de su equipo de fútbol, y se ha detenido a tomar un poco de mate del Chaco paraguayo.
Luego ha continuado su catequesis sobre la Misa y ha explicado las Lecturas de la Biblia. Dice que son Palabra de Dios, y que por eso, vale la pena escucharlas con atención.
FRANCISCO
“¡Y cuántas veces, cuando se hacen las Lecturas, empezamos a comentar...! 'Mira ese, mira esa, mira qué sombrero ridículo lleva esa'. Y empezamos a hablar. ¿O no es verdad? ¿Es verdad? ¿Se deben hacer comentarios mientras se lee la Palabra de Dios? Os lo pregunto a vosotros. ¿Está bien? ¡No! Porque si te pones a hablar con otros no escuchas la Palabra de Dios”.
El Papa ha recordado también que está prohibido que el sacerdote sustituya las Lecturas con otros textos, como poesías, testimonios o noticias.
FRANCISCO
“Alguno dice... Hay una noticia importante, saca el periódico, la noticia del día... No. La Palabra de Dios es la Palabra de Dios. El periódico puede leerse después. En Misa se lee la Palabra de Dios. Es el Señor que nos habla. Sustituir su Palabra con otras cosas empobrece y compromete el diálogo entre Dios y su pueblo en oración”.
También el Papa ha dicho que quien lee en voz alta tiene una gran responsabilidad y que por eso mismo debe prepararse a conciencia.
FRANCISCO
“Buscad buenos lectores, ¿eh? Que sepan leer. No esos que leen mi-mi-mi-mi..., y no se entiende nada. Buenos lectores, ¿eh? Se tienen que preparar y ensayar antes de la Misa para leer bien”.
Antes de marcharse ha recordado que la Sagrada Escritura no sólo se escucha con los oídos sino también con el corazón abierto. De esta forma, lo que se escucha inspira nuestro modo de actuar.