Recordando el pasaje en el que el Rey David es humillado el Papa explicó en qué consiste la verdadera humildad.
FRANCISCO
“A veces pensamos que la humildad es ir tranquilos, quizás con la cabeza baja mirando al suelo... Pero también los cerdos caminan así. Eso no es humildad. Esta es una humildad fingida, de serie, que ni salva ni protege el corazón. Es bueno que pensemos esto: no hay verdadera humildad sin humillación y si no eres capaz de tolerar, de llevar sobre los hombros una humillación, no eres humilde: finges, pero no lo eres”.
Francisco explicó que quien es verdaderamente humilde no trata de justificarse ni se preocupa por quedar bien: sencillamente reconoce el error.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA:
“A veces pensamos que la humildad es ir tranquilos, ir quizás con la cabeza baja mirando el suelo… pero también los cerdos caminan con la cabeza baja: ésta no es humildad. Es esta humildad falsa, prêt-à-porter, que no salva ni salvaguarda el corazón. Es bueno que nosotros pensemos esto: No hay humildad verdadera sin la humillación, y si tú no eres capaz de tolerar, de llevar sobre tus espaldas una humillación, tú no eres humilde: haces de cuenta, pero no lo eres”.
“Siempre está la tentación de luchar contra aquello que nos calumnia, contra lo que nos hace la humillación, que nos hace pasar vergüenza, como este Simei. Y David dice: ‘No’. El Señor dice: ‘No’. Aquel no es el camino. El camino es el de Jesús, profetizado por David: llevar las humillaciones. “Quizá el Señor mire mi aflicción y me dé el bien en lugar de la maldición de hoy”: Llevar las humillaciones con esperanza”.
“Pidamos al Señor la gracia de la humildad, pero con humillaciones. Estaba esa religiosa que decía: ‘Yo soy humilde, sí, ¡pero humillada jamás!”. ¡No, no! No hay humildad sin humillación. Pidamos esta gracia. Y también, si alguien es valeroso, puede pedir – como nos enseña San Ignacio – puede pedir al señor que le envíe humillaciones, para asemejarse más al Señor”.