El Papa se ha reunido con el presidente de uno de los países más pobres del mundo, la República Centroafricana. Faustin-Archange Touadéra le ha visitado en el Vaticano.
En su comunicado de prensa, la Santa Sede dice que aprecia “los esfuerzos positivos para recuperar la estabilidad político-institucional” en el país.
Pide además la colaboración de todos en el país, y de la comunidad internacional, “para promover la convivencia pacífica y la reconciliación”.
Actualmente en República Centroafricana unas 600 mil personas han tenido que abandonar sus casas.
El país está en manos de bandas armadas, que destruyen todo a su paso y torturan y asesinan sin piedad, según denuncian los obispos.
Los obispos aseguran que “las niñas y niños están expuestos a todas las formas de violencia, incluido el abuso sexual de todo tipo y el alistamiento forzado en grupos armados”.
Quizá esta reunión con el Papa ayude a atraer la atención mundial sobre esta zona olvidada en el corazón de África.