Francisco no tuvo problemas en reconocer que su viaje a Chile estuvo profundamente marcado por una polémica.
Dijo que precisamente el espíritu de su visita era el de fomentar el diálogo. Los problemas, dijo, se hablan. La clave está en el modo de hablarlos.
FRANCISCO
“Siempre hay conflictos, también en casa, siempre los hay, pero tratarlos mal es peor todavía. No hay que esconder los conflictos bajo la cama. Los conflictos que salen a la luz se hablan, se resuelven con el diálogo. Pensad vosotros en los pequeños conflictos que seguramente tendréis en casa. No los escondáis, habladlos, buscad el momento adecuado y los conflictos se resuelven así. Con el diálogo”.
La polémica que marcó el viaje a Chile fue el hecho de que el Papa defendiera a un obispo acusado de cubrir a un sacerdote condenado por abusos. Francisco dijo que hasta que tenga evidencias no puede actuar en consecuencia.
El Papa recordó con especial afecto su visita a la cárcel y a la casa de acogida para niños abandonados “El Principito”.
Recordó su mensaje de apoyo a los indígenas y su denuncia de la corrupción en Perú, uno de los países donde los expresidentes han provocado grandes escándalos. Francisco dijo que la corrupción no es solo un tema de América Latina.
FRANCISCO
“No sé si habéis escuchado aquí hablar de corrupción. No lo sé. No solo en aquellos lugares. También aquí. Es más peligrosa que la gripe. Se mete mete dentro y arruina el corazón. La corrupción arruina los corazones. Por favor, no a la corrupción”.
Al terminar el Papa volvió a pedir paz en República Democrática del Congo. Lo hizo en Perú, el domingo en el que graves disturbios asolaron el país cobrándose la vida de al menos 6 personas.
