El valor de un pueblo se mide por su unidad ante la adversidades. Este fue el mensaje que Francisco dejó en Trujillo, la segunda ciudad del país.
Celebró Misa en esta ciudad costera y ante un fuerte viento y un fondo que no podía ser otro que la vera del mar. Trujillo sufrió en abril de 2017 las devastadores consecuencias del fenómeno atmosférico El Niño costero, que inundó el centro de la ciudad y provocó miles de desplazados.
FRANCISCO
“Sé que, en el momento de oscuridad, cuando sintieron el golpe del Niño, estas tierras supieron ponerse en movimiento. Hay cosas, como bien saben, que no se improvisan y mucho menos se compran. El alma de una comunidad se mide en cómo logra unirse para enfrentar los momentos difíciles, de adversidad, para mantener viva la esperanza”.
El Papa no pasó por alto otros males que afligen a la región: la violencia organizada, la falta de educación y la falta de un techo seguro que obliga a las familias a vivir en zonas inestables.
Francisco dijo a los peruanos la fe es clave para afrontar las dificultades. Esta empuja a realizar actos concretos de amor que devuelvan la esperanza cuando parece que todo se pierde. Esta es la medicina que necesita Perú para reaccionar ante las adversidades.
FRANCISCO
“Qué linda pregunta la que nos hará el Señor al final del día: ¿cuántas lágrimas has secado hoy? Quiero estimularlos a que sean una comunidad que se deje ungir por su Señor con el aceite del Espíritu. Él lo transforma todo, lo renueva todo, lo conforta todo. Los peruanos en este momento de su historia no tienen derecho a dejarse robar la esperanza”.
Al terminar la homilía Francisco invocó a la Virgen de la Puerta, una de las devociones más populares del lugar e intentó hacer cantar a todos una sencilla oración, aunque sin mucho éxito.
FRANCISCO
“Se animan a cantarla? La cantamos juntos: ¿Quién empieza a cantar? Virgencita de la Puerta... ¿El coro tampoco? Entonces se lo decimos si no lo cantamos: Virgencita de la Puerta échame tu bendición, Virgencita de la Puerta, danos paz y mucho amor”.
Además de la Virgen de la Puerta de Otuzco en la ceremonia estaban presentes las principales imágenes de la región como el Señor Cautivo de Ayabaca.