El Papa llegó en papamóvil al santuario de Maipú, en Santiago de Chile, donde lo esperaban miles de jóvenes.
El ambiente era de enorme alegría y Francisco respondió al cariño de los jóvenes. Al llegar, le presentaron el que será el símbolo de los jóvenes chilenos en su camino hacia el Sínodo de los jóvenes que se celebrará en octubre de 2018: Una cruz azul en la que el Papa colocó esta cinta roja. La cruz simboliza el compromiso de los jóvenes para trabajar por la construcción de Chile.
Precisamente fue lo que Francisco les pidió, que sean protagonistas del cambio en Chile.
FRANCISCO
“El camino hacia adelante, los sueños que tienen que ser concretados, el mirar siempre hacia el horizonte se tiene que hacer con los pies en la tierra. Y se empieza en la tierra de la patria. Y si ustedes no aman a su patria yo no creo que lleguen a amar a Jesús y que lleguen a amar a Dios ”.
El calor apretaba en el santuario de Maipú y muchos jóvenes notaron sus efectos. El Papa detuvo su discurso mientras los sanitarios atendían a una joven.
FRANCISCO
“La acompañamos con una pequeña oración para que se reponga enseguida”.
Francisco les habló de la preparación para el sínodo y les animó a participar en los trabajos previos en cada diócesis. El Papa quiere saber lo que realmente piensan y sienten los jóvenes del mundo, sin ningún filtro.
FRANCISCO
“El sínodo lo hacemos los obispos, pensamos sobre los jóvenes. Pero le tengo miedo a los filtros porque a veces las opiniones de los jóvenes para viajar a Roma tienen que hacer varias conexiones y esas propuestas pueden llegar muy filtradas, no por las compañías aéreas, sino por los que las transcriben y por eso quiero escuchar a los jóvenes”.
Les animó además a ser protagonistas también de la Iglesia, para que tenga un rostro joven.
FRANCISCO
“La Iglesia tiene que tener rostro joven y ustedes tienen que dárnoslo. Pero claro, un rostro jovenes real, lleno de vida, no precisamente joven por maquillaje, con cremas rejuvenecedoras. Eso no sirve”.
En un largo discurso en el que el Papa improvisó en muchos momentos, Francisco hizo un símil entre la telefonía y la fe. Explicó a los jóvenes que cuando sientan que se quedan sin batería o sin conexión de red, apliquen una sencilla fórmula de San Alberto Hurtado. Así conseguirán estar siempre conectados con Cristo.
FRANCISCO
“La contraseña de Hurtado, para reconectar, para mantener la señal, es muy simple. Seguro que ninguno de ustedes trajo un teléfono, ¿no? Me gustaría que la anotaran en el teléfono, si se animan yo se la dicto. Hurtado se pregunta: “¿Qué haría Cristo en mi lugar?” Los que puedan, anótenlo”.
El Papa concluyó el encuentro impartiendo la bendición a los jóvenes que no querían dejarlo marchar.
¡Esta es la juventud del Papa!
Y antes de marcharse, el Papa quiso saludar a un grupo de jóvenes muy especial. Ellos con sus abrazos trasladaron a Francisco el cariño de los miles de jóvenes chilenos que acudieron a su encuentro.