Se cumplen 100 años del nacimiento del cardenal Marcelo González Martín, figura de referencia de la Iglesia en España.
Nació un 16 de enero de 1918 en Villanubla, Valladolid, y falleció en 2004, en Palencia. Fue uno de esos sacerdotes incansables que, a lo largo de su vida, dejó muchas obras.
En su primer destino como obispo, Astorga, se volcó especialmente con los menos favorecidos promoviendo la construcción de viviendas populares y escuelas. Al mismo tiempo viajó por toda España para impartir ejercicios espirituales y dar charlas.
Fue arzobispo de Barcelona, donde no lo tuvo nada fácil. Pero su verdadero desafío fue la diócesis de Toledo, donde llegó en 1971. Fue su arzobispo durante 23 años en los que revitalizó una diócesis que estaba muy necesitada convirtiendo al seminario en un punto de referencia. Fue también fundamental su labor por conservar el rito-hispano mozárabe.
Gracias al cardenal Marcelo se abrieron además los procesos de beatificación de los asesinados por la persecución religiosa en la España de los años 30.
En 1973 Pablo VI lo creó cardenal. Participó en el cónclave que eligió a Juan Pablo I, de quien era muy amigo, y en el que eligió a Juan Pablo II, quien siempre hablaba del cardenal Marcelo como ejemplo de pastor que aplicaba lo establecido por el Concilio Vaticano II.