El nuevo director del Centro Anglicano en Roma, Bernard Ntahoturi llegó a Roma hace apenas 3 meses. Poco tiene que ver la Ciudad Eterna con su tierra natal: Burundi, uno de los países más pequeños de África.
Al mes de estar en Roma, conoció al Papa Francisco. Fue el 27 de octubre y asegura que ha sido uno de los momentos más especiales desde que está en Italia.
BERNARD NTAHOTURI
Director Centro Anglicano de Roma
“Es un hombre maravilloso. De lo primero que me di cuenta es de que es realmente humano, y cuando te recibe te hace sentir como que estás hablando con un ser humano. Una persona que ama a la gente, pero que ama al Señor al mismo tiempo”.
Ahora en Roma su vida ha cambiado por completo, y asegura que su objetivo principal es promocionar la unidad en un mundo dividido.
BERNARD NTAHOTURI
Director Centro Anglicano de Roma
“Somos los representantes del Arzobispo de Canterbury ante la Santa Sede. Promovemos la amistad y hemos venido a trabajar precisamente en esa relación. La relación entre Canterbury y el Vaticano está en su mejor momento, así lo veo yo por todo lo que he leído de su historia”.
Creció y nació en Burundi. Luego se fue a Uganda, donde estudió Teología y después a Inglaterra. Volvió a como arzobispo a Burundi y allí tuvo que mediar entre el gobierno y los rebeldes. Pero asegura que vivió algo muy especial que le hizo recobrar la esperanza en el futuro de su país.
BERNARD NTAHOTURI
Director Centro Anglicano de Roma
“El momento que más me emocionó fue cuando vi que gente que se peleaba, se reunieran y tengo un ejemplo: La Iglesia y el Consejo Nacional de Iglesias, que gobernaba en ese momento, organizaron un partido de fútbol. En un equipo estaban los militares, y en otro los rebeldes. Vinieron todos y jugaron los 90 minutos sin pegarse y sin decir: “Nosotros ganaremos”. Querían jugar un partido todos juntos como hermanos que querían la paz en Burundi”.
Dice que esa experiencia le hizo darse cuenta de que incluso entre las personas con más diferencias y con más rencores, es posible encontrar una comunión. Y esto es precisamente lo que quiere hacer desde el Centro Anglicano.