El Papa comenzó el mes de diciembre en Bangladés, a donde viajó tras su visita a Myanmar. Paseó por sus calles en un curioso papamóvil, este “rickshaw”.
Su encuentro más conmovedor fue este con refugiados rohinyás, a quienes pidió perdón por la indiferencia del mundo ante su tragedia.
FRANCISCO
“En nombre de todos, de los que os han perseguido, de los que os han hecho daño, sobre todo, por la indiferencia del mondo, os pido perdón. Perdón”.
Ya en Roma, el Papa dijo públicamente que está “profundamente preocupado” por la decisión de Donald Trump de trasladar su embajada en Israel a Jerusalén.
FRANCISCO
“...que prevalezcan sabiduría y prudencia para evitar que se añadan nuevos elementos de tensión en un panorama mundial ya convulso y marcado por tantos crueles conflictos”.
También el rey Abdullah II de Jordania, guardián de los sagrados lugares, le visitó para intercambiar impresiones sobre esta cuestión.
En diciembre visitó al Papa el presidente de Bolivia Evo Morales.
“Hermano Papa...”
“¿Cómo estás? ¿Bien?”
“¡Qué alegría!”
Como el Papa viajará a Chile en enero, Evo Morales le pidiera que interceda para que Bolivia recupere la salida al mar que perdió en la Guerra del Pacífico.
La Navidad del Vaticano este año tiene toques de México y de Polonia.
Las artesanías que decoran la gran sala de audiencias son un regalo de México.
Y el abeto gigante de 28 metros que hay en la plaza de San Pedro viene desde Polonia, como un homenaje a Juan Pablo II.
Desde mediados de mes luce así en la plaza junto a este pesebre, e ilumina la Navidad del Vaticano.
