Un monasterio demasiado grande para muy pocos monjes. Es el punto de partida del documental “La isla de los monjes” que narra la vivencia de esta comunidad cisterciense de 8 miembros en una casa con capacidad para 120.
Una circunstancia que hace que estos religiosos se planteen mudarse a un espacio más pequeño. Sin embargo, volver a empezar después de siglos no parece tarea sencilla.
ANNE CHRISTINE GIRARDOT
Directora
“Al fin y al cabo es la historia de todos nosotros porque llegamos a momentos en nuestra vida en que tenemos que soltar las cosas que teníamos, tenemos que soltar todas las seguridades que pensábamos tener. Por eso, a pesar del hecho de que es una historia muy particular de monjes católicos, me pareció tener un tema universal”.
La directora, vecina de estos monjes, supo que se mudaban y quiso seguir con su cámara todo este proceso. Así se lo propuso a los religiosos quienes permitieron que les acompañara hasta su nuevo hogar.
ANNE CHRISTINE GIRARDOT
Directora
“Casi nadie entra a esa clausura y una mujer menos. Entonces me di cuenta de lo muy especial que era que me invitaran. Después de esa cita, una semana más tarde me respondieron y me dijeron que querían intentar la aventura conmigo. Eso fue especial. Fue muy especial”.
Y esa aventura que la directora grabó durante 40 horas condujo a estos religiosos hasta la llamada “isla de los monjes grises”. Es una isla en el norte de Holanda que toma su nombre precisamente de unos monjes cistercienses que habitaron en ella hace 500 años y vestían de gris. Desde su pasado, estos 8 religiosos comienzan a construir un nuevo futuro.
ANNE CHRISTINE GIRARDOT
Directora
“Es una historia de esperanza. Absolutamente. Contra todas las señales del tiempo que les dicen: 'ustedes van a morirse y no va a haber nadie en el convento'. Y, a pesar de eso, creen que hay un futuro, toman eso en las manos e intentan hacer que haya un futuro para ellos”.
El documental también muestra que para los monjes la mudanza fue también un viaje interior, un retorno a las raíces de su propia vocación para redescubrir en quién han depositado realmente todas sus seguridades.