El Papa recordó durante la audiencia general los momentos más importantes de su viaje a Myanmar y Bangladés.
Recordó que en su reunión con el Consejo Supremo de monjes budistas en Myanmar les propuso trabajar “unidos para ayudar a las personas a amar a Dios y al prójimo, rechazando todo tipo de violencia”.
Dijo que el viaje a Bangladés fue 'un paso más en favor del respeto y del diálogo entre el islam y el cristianismo” y que allí quiso solidarizarse con el compromiso de este país por socorrer a los prófugos rohinya.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS EN ESPAÑOL
Hoy quiero compartir con ustedes y dar gracias a Dios por el viaje apostólico que he realizado a Myanmar y Bangladesh.
Mi visita a Myanmar ha sido la primera de un Papa a aquel país; una nación que a pesar de haber sufrido mucho, se encamina hacia una nueva realidad de paz y libertad. Allí la comunidad cristiana es un pequeño fermento del Reino de Dios, que ha sabido dar testimonio de la fe y que cuenta con una juventud llena de esperanza y de alegría.
Al encontrarme con el Consejo Supremo de los monjes budistas, he querido manifestar mi deseo de que trabajemos unidos para ayudar a las personas a amar a Dios y al prójimo, rechazando todo tipo de violencia.
Después he realizado mi visita a Bangladesh, siguiendo las huellas del beato Pablo VI y de san Juan Pablo II. Ha sido un paso más en favor del respeto y del diálogo entre el islam y el cristianismo.
Allí he querido expresar también mi solidaridad con Bangladesh en su compromiso por socorrer a los prófugos Rohingya.
Dos momentos de particular alegría han sido: la ordenación de 16 sacerdotes y el encuentro con los jóvenes, quienes con sus cantos y danzas manifestaron la alegría del Evangelio. Fue muy significativo que estuvieran también presentes jóvenes musulmanes y de otras religiones, siendo un signo éste de esperanza para Bangladesh, para Asia y para el mundo entero.
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica.
En este tiempo de Adviento los animo a fortalecer su vida cristiana con la oración, la escucha de la Palabra de Dios y las obras de caridad, y, siguiendo el ejemplo de la Inmaculada Virgen María, cuya solemnidad celebraremos pasado mañana, preparen su corazón para recibir al Señor que ya viene. Muchas gracias.