Debido al frío de Roma, el Papa Francisco se reunió con miles de peregrinos de todo el mundo en el Aula Pablo VI. Estas pequeñas fueron las primeras en recibirlo.
Se dejó fotografiar, incluso había quienes no le soltaban la mano.
El Papa recordó los mejores momentos del viaje a Myanmar y Bangladesh y estos peregrinos respondieron así de rápido.
Del único viaje que ha realizado un Papa a Myanmar destacó destacó su encuentro con los jóvenes y con representantes de distintas religiones.
FRANCISCO
“En los rostros de estos jóvenes, llenos de alegría, he visto el futuro de Asia: un futuro que no será de quienes construyen armas, sino de quienes siembran fraternidad”.
Mencionó a los rohinyas. Agradeció al pueblo de Bangladesh por esforzarse en socorrer a esta minoría musulmana.
FRANCISCO
“Me conmovió mucho el encuentro con los refugiados rohinya. Les he pedido que nos perdonen por nuestras faltas y por nuestro silencio. He pedido a la comunidad internacional que los ayuden y socorran a todos los grupos que son perseguidos en el mundo.”
Recordó cuánto le impactó la actitud de las monjas cuando fue a visitar la casa de Santa Teresa de Calcuta en Dhaka.
FRANCISCO
“Las monjas viven cada día la oración y el servicio a Cristo, pobre y que sufre y nunca nunca vi desaparecer de sus labios la sonrisa. Monjas que rezan tanto, que sirven a los que sufren y continuamente con una sonrisa. Es un bonito testimonio”.
Francisco explicó que haberse rodeado de personas de tantas religiones en este viaje lo ha ayudado a darse cuenta de la importancia de tener un corazón abierto para que la cultura del encuentro sea posible.
Animó a los peregrinos a prepararse para el viernes, día de la Virgen de la Inmaculada, para recibir a Jesús.
“¡Viva el Papa!”