Francisco ha sido el primer Papa que viaja a Myanmar, un viaje en el que su presencia y gestos pesaron más que sus propias palabras.
Francisco se reunió con católicos de Myanmar, donde el 90% de la población es budista.
En el palacio presidencial mantuvo un encuentro privado con el presidente, Htin Kyaw. También habló con Aung San Suu Kyi, consejera de Estado y Ministra de Asuntos Exteriores.
La segunda etapa de la gira fue Bangladés. Francisco pretendía fomentar el diálogo y difundir “la armonía y la paz”, como indicaba el lema del viaje. Por eso, visitó a los enfermos, saludó a los jóvenes y recordó a una de las últimas santas proclamadas, la Madre Teresa de Calcuta, en su visita a una residencia de enfermos.
Uno de los momentos más importantes fue su encuentro con dieciséis musulmanes rohinyás, a quienes pidió perdón por la indiferencia del mundo.