El gobierno birmano dio la bienvenida con todos los honores a Francisco en la faraónica ciudad de Naipyidó.
El Papa dejó en el libro de honor un mensaje en el que pidió para el querido pueblo de Myanmar la bendición de la paz, la justicia y la unidad.
En esta inmensa sala del palacio presidencial departió en privado con el presidente de la república Htin Kyaw.
A continuación intercambiaron varios regalos. El presidente le entregó una pintura que representa a Cristo y unas porcelanas.
“Gracias”.
El Papa obsequió al presidente con una copia de una reproducción ilustrada de la vida de Buda procedente de la Biblioteca Vaticana. Un regalo que dejó profundamente sorprendido al mandatario.
“Esto no me lo esperaba”.
Francisco quiso dar al presidente más información sobre la reproducción.
“¿Qué antigüedad tiene?”
“Del siglo XIII”.
“Siglo XIII”.
Tras el intercambio de regalos, Francisco se fotografió con la familia del mandatario.
En el mismo palacio presidencial el Papa también se reunió con Aung San Suu Kyi, consejera de Estado y ministra de Asuntos Exteriores de la República.
Después de las fotos oficiales de rigor, conversaron en privado con ayuda de un traductor. A continuación, también intercambiaron varios regalos entre los que se encontraban los tres documentos principales del pontificado de Francisco.