Una delegación vaticana se reunió con representantes de la Iglesia asiria del Oriente para avanzar en el diálogo entre ambas Iglesias. Estas reuniones se remontan a la firma de una declaración cristológica común en 1994 cuando reconocieron que profesan la misma fe en el misterio de la Encarnación.
Su representante se lo recordó al Papa.
MAR MEELIS ZAIA AM
Metropolita de Australia, Nueva Zelanda y Líbano
“Damos gracias a la Santísima Trinidad, Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, que nos ha unido en Cristo y ha reforzado a nosotros, nuestro diálogo y nuestros lazos de fraternidad”.
El Papa Francisco mencionó un aspecto de la nueva Declaración común, que recuerda que la cruz es ya un “símbolo explícito de unidad entre todas las celebraciones sacramentales”.
FRANCISCO
“También la Iglesia asiria del Oriente, junto a otras Iglesias y a tantos hermanos y hermanas de la región, sufre persecución y es testimonio de la brutal violencia perpetrada en nombre de extremismos fundamentalistas. En la tradición siria, Cristo en la cruz es representado como Médico Bueno y Medicina de vida. A Él le pido que cure completamente nuestras heridas del pasado y que sane tantas heridas que se abren hoy en el mundo a causa de los desastres de la violencia y de la guerra”.
Además de la persecución de cristianos, el Papa lamentó los daños provocados por el reciente terremoto de magnitud 7,3 en la frontera entre Irán e Irak, lugar de origen de esta Iglesia, y rezó por los afectados de Siria, Líbano e India.