Es el relato de un viaje de París a Roma. Es el relato de un viaje entre estilos, desde una forma de pintar, a otra distinta. Es el camino que recorrió Pablo Picasso cuando pasó dos meses en la Ciudad Eterna.
MARIO DE SIMONI
Picasso. Entre el cubismo y el clasicismo
“Se conmemora el centenario del primer viaje italiano de Picasso, en concreto, de su periodo romano. Es un viaje importante que cambiará la carrera y el arte de Picasso”.
El artista español viajó a Roma desde un convulso París en guerra, casi en primera línea del batalla. En Italia halló tranquilidad y también unas nuevas formas que cambiaron sus lienzos.
MARIO DE SIMONI
Picasso. Entre el cubismo y el clasicismo
“Llegó a Roma devoto del cubismo pero volverá lleno de formas neoclásicas y clásicas del gran arte greco romano que ha visto en Italia”.
A sus 36 años, Picasso ya era considerado un pionero de la revolución cubista. Es entonces cuando un amigo, Jean Cocteau, le convence para hacer el decorado de los Ballets Rusos, instalados en Roma. Quieren que se ocupe de su ballet “Parade”. El resultado es esta enorme tela, “Telón para el ballet Parade”.
Junto a la tradición iconográfica italiana y el clasicismo greco-romano, Picasso descubre también el amor. Y lo hace de la mano de esta bailarina ucraniana Olga Khokhlova, su primera esposa, a quien inmortaliza en esta obra, “Retrato de Olga en un sillón”.
De sus pinturas cubistas del año 10 pasa a estas otras, que remiten a la escultura clásica que encontró en Italia.
El cambio queda claro si se comparan estas dos pinturas de arlequines.“Las mujeres que corren en la playa”, o “La flauta de Pan” testimonian esta transición en la obra del genio español.
Roma, en poco tiempo, le dio a Picasso lo que necesitaba en ese momento, un auténtico renacimiento, nuevas formas para un visionario que nunca dejó de serlo.