El Papa Francisco conmemoró el Día de los Difuntos con esta visita al Cementerio Americano Sicilia-Roma que custodia los restos de 7.861 soldados y enfermeras de EEUU, caídos durante la II Guerra Mundial.
El Papa rezó por todas las víctimas de la guerra, especialmente por quienes reposan en este lugar. Se trata de jóvenes que perdieron la vida entre 1943 y 1944 durante la liberación de Sicilia y la batalla de Anzio. En su homilía, el Papa reflexionó sobre la esperanza en medio del drama de la guerra.
FRANCISCO
“La esperanza a menudo nace y hunde sus raíces en muchas heridas humanas, en el dolor de las personas. Y ese momento de tristeza, de llaga, de sufrimiento, hace que miremos al Cielo y digamos: “Creo que mi Redentor vive. Pero detente, Señor. No más...”. Y esa es la oración que quizá sale de nosotros al mirar este cementerio”.
El Papa recordó que a lo largo de la Historia, muchos han pensado que la guerra habría resuelto sus problemas, pero que sin embargo la guerra sólo trajo un infierno de pérdidas y dolor. Recordó que actualmente hay una guerra a trozos en el mundo, que se está extendiendo cada vez más.
FRANCISCO
“Los hombres hacen de todo para declarar y hacer la guerra. Y al final, se destruyen a sí mismos. Esto es guerra: la destrucción de nosotros mismos. Hoy que el mundo de nuevo está en guerra y se prepara para estar en guerra con más fuerza... No más, Señor, no más. Con la guerra, todo se pierde”.
El Papa rezó por quienes fallecen en las guerras de nuestro tiempo, y especialmente por los niños inocentes que mueren. Y dijo que el fruto de la guerra es siempre la muerte.
