En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa Francisco dijo que, aunque se tenga una esperanza pequeña como un grano de mostaza, esta tiene una enorme fuerza.
FRANCISCO
“Y la Iglesia siempre ha tenido el valor, tanto de tomar y de tirar y de tomar y de mezclar, como, -al mismo tiempo-, el miedo de hacerlo. Y muchas veces vemos que se prefiere una pastoral de conservación en lugar de dejar que el Reino crezca. Permanecemos los que somos, pequeñitos, allí, estamos seguros… Y el Reino no crece. Para que el Reino crezca se necesita el valor de echar el granito y de mezclar la levadura”.
Por último, aseguró que el Espíritu Santo que está dentro de cada cristiano es el que da la fuerza para desencadenar un crecimiento inimaginable.
EXTRACTOS DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
“Es precisamente la esperanza la que nos lleva a la plenitud. La esperanza de salir de esta cárcel, de esta limitación, de esta esclavitud, de esta corrupción, y llegar a la gloria: un camino de esperanza. Y la esperanza es un don del Espíritu. Es precisamente el Espíritu Santo que está dentro de nosotros y conduce a esto: a una cosa grandiosa, a una liberación, a una gran gloria. Por esta razón Jesús dice: ‘Dentro de la semilla de mostaza, de aquel grano pequeñísimo, hay una fuerza que desencadena un crecimiento inimaginable’”.
“Crece desde dentro, con la fuerza del Espíritu Santo. Y la Iglesia siempre ha tenido tanto el coraje de tomar y echar, de tomar y mezclar, a la vez que, asimismo, ha tenido miedo de hacerlo. Y tantas veces nosotros vemos que se prefiere una pastoral de conservación en lugar de dejar que el Reino crezca. Permanecemos los que somos, pequeñitos, allí, estamos seguros… Y el Reino no crece. Para que el Reino crezca se necesita el coraje de echar el granito y de mezclar la levadura”.
“Ay de aquellos que predican el Reino de Dios con la ilusión de no ensuciarse las manos. Estos son custodios de museos: prefieren las cosas bellas y no este gesto de tirar para que la fuerza se desencadene, de mezclar para que la fuerza haga crecer. Éste es el mensaje de Jesús y de Pablo: esta tensión que va de la esclavitud del pecado, para ser simple, a la plenitud de la gloria. Y la esperanza es la que va adelante, la esperanza non decepciona: porque la esperanza es demasiado pequeña, la esperanza es tan pequeña como el grano y como la levadura”.