¿Qué tienen en común un jugador de baloncesto, un surfista, un skater y un boxeador? La diócesis de Brooklyn dio una respuesta inesperada a través de un vídeo en el que sacerdotes y frailes muestran sus dotes deportivas.
El vídeo promociona el año dedicado a las vocaciones. Se intenta demostrar que la vida sacerdotal y religiosa es compatible con las aficiones personales. Peter Purpura explica que nadie nace sabiendo que va a ser sacerdote y que es normal que surjan dudas sobre si ordenarse o no.
P. PETER PURPURA
Diócesis de Brooklyn, NY
“Es curioso. Nunca pensé que sería sacerdote. Fui al seminario con la idea de olvidarme de ello. Iba para darme cuenta de que no estaba llamado a ello y después volvería a casa. Porque no quería llegar a los 40 y preguntarme: ¿debería haberlo intentado? Así que fui, y creo que encontré mi sitio”.
El padre Peter es el rector de la Basílica Catedral de Saint James en Brooklyn, y dice que toda persona lleva sus pasiones, intereses y aficiones a su vida vocacional.
Dice también que hace falta un profundo proceso de discernimiento para descubrir la propia vocación, y que esto requiere un poco de trabajo personal.
P. PETER PURPURA
Diócesis de Brooklyn, NY
“A través de la oración diaria, yendo a misa, acudiendo a la confesión, mediante la práctica espiritual básica pero vivida de un modo más intenso, se puede ayudar a los jóvenes. Si alguien se plantea: 'quizás yo siento la llamada de Dios', debe esforzarse en descubrirlo. No basta con ser simplemente un católico que va a misa los domingos”.
El padre Peter explica que mientras se descubre la propia vocación, debería sentirse mucha alegría, pero a la vez miedo. Esto demuestra que uno entiende la magnitud y la importancia de la llamada. Por esto, solo cuando uno sigue su verdadera vocación puede dar la mejor versión de sí mismo y experimentar la alegría y la libertad que estos sacerdotes manifiestan cada día.