El Papa se ha reunido en el Vaticano con participantes del congreso “Child Dignity in the Digital World” organizado por la Pontificia Universidad Gregoriana. Es la primera vez que se reúnen expertos de todo el mundo para decidir cómo proteger a los menores en Internet.
NUNO DA SILVA GONÇALVES
Rector, Pontificia Universitad Gregoriana
“Las tecnologías digitales traspasan fronteras, hacen inmediata la comunicación, nos acercan y nos permiten cuidar los unos de los otros, pero también abren paso a la explotación y el ultraje de la dignidad de los más débiles e indefensos”.
Esta niña entregó al Papa el documento con las medidas propuestas por los participantes para acabar con el abuso de menores en Internet.
“Le hago entrega de este histórico documento en nombre de las millones de personas en todo el mundo que necesitan información pero también protección ante el abuso sexual o de cualquier tipo en Internet. Usando sus palabras, pensamos que una sociedad puede ser juzgada por cómo trata a los niños. Cada niño tiene derecho a la dignidad y a la seguridad”.
El Papa Francisco se mostró rotundo y dijo que reconocer el problema es un primer paso para resolverlo, como, aseguró, ha aprendido la Iglesia católica.
FRANCISCO
“¿No hemos entendido demasiado bien en estos años que ocultar la realidad del abuso sexual es un gravísimo error y fuente de muchos males? Entonces, miremos a la realidad”.
Francisco enumeró algunos peligros que acechan a los niños en Internet: desde el bullying o encontrar fotos o vídeos pornográficos, hasta el chantaje tras haber enviado fotos íntimas, verse envueltos en redes de tráfico de personas o ser personalmente abusados.
Dijo que estos hechos tienen consecuencias graves en los menores, y denunció que la pornografía daña también seriamente a los adultos.
FRANCISCO
“Sería una grave ilusión pensar que una sociedad en la que el consumo anormal de sexo en Internet esté muy extendido entre adultos, sea luego capaz de proteger eficazmente a los menores”.
El Papa pidió a las compañías de Internet que actúen para proteger a los niños, pero insistió en que la clave es educar tanto a jóvenes como a adultos en el correcto uso del mundo digital.
FRANCISCO
“¿Qué hacemos para que no les roben esta luz, para que estos ojos no sean turbados y corrompidos por lo que encuentran en Internet, que será una parte fundamental de su entorno vital? Trabajemos juntos para tener siempre el derecho, la valentía y la alegría de mirar a los ojos a los niños del mundo”.
Antes de marcharse, el Papa saludó uno a uno a los 300 participantes y a sus familiares. Era un modo explícito de confirmarles que pueden contar con él para conseguir que un día los niños naveguen tranquilos en Internet.