Muy temprano, a las 8 de la mañana, el Papa Francisco llegó a la ciudad italiana de Cesena, para celebrar el 300 aniversario del Papa Pío VI, al que arrestaron las tropas de Napoleón.
Su primer encuentro fue en la plaza del pueblo, donde tuvo un intenso discurso sobre la vocación a la política.
FRANCISCO
“Parece que la política en estos años a veces se ha retirado ante la agresividad y la ubicuidad de otras formas de poder, como el financiero y el mediático. Hay que relanzar el derecho a la buena política, su independencia, su idoneidad específica para servir el bien público, para actuar de modo que disminuyan las desigualdades”.
La agenda era intensa y el Papa iba con prisa. Pero pidió un poco de tiempo para saludar a los enfermos.
FRANCISCO
“Antes de irme querría saludar o por lo menos acercarme a quienes con su sufrimiento y su dolor sostienen en silencio el desarrollo de la ciudad”.
Después de saludar a los enfermos, el Papa fue a la catedral, donde se reunió con los sacerdotes y religiosos de la ciudad.
Les pidió que emprendan una “revolución de la ternura”, que consiste en mirar y tratar con cariño a las personas. Les habló también de una ayuda que pueden dar a los jóvenes y a las familias.
FRANCISCO
“La formación de la afectividad y al amor... es una tarea que el Señor nos confía especialmente en este momento, son tiempos difíciles tanto para la familia como institución y célula base de la sociedad, como para las familias concretas que soportan gran parte del peso de la crisis socio económica sin recibir a cambio un apoyo adecuado”.
Se marchó de la catedral estrechando muchas manos y dando muchos abrazos. Luego, en la puerta habló a los jóvenes.
FRANCISCO
“¿Qué deben hacer los jóvenes? ¿Habéis escuchado lo que he dicho dentro? ¿Qué deben hacer? ¿Hablar con...? Hablar con los ancianos. Escuchar y hablar con los ancianos. Así seréis revolucionarios. Adiós. Gracias, que el Señor os bendiga”.
Fue una visita breve, de casi dos horas, pero muy intensa y suficiente para saludar personalmente a cientos de personas.
