Ante miles de personas el Papa Francisco reflexionó sobre el cometido de cada cristiano y les alentó a no dejarse empequeñecer por los contratiempos.
Aconsejó, como decía el profeta Isaías, “dejarse sorprender por los pensamientos y los caminos de Dios”.
FRANCISCO
“En el Reino de Dios non hay desempleados, todos están llamados a hacer su parte; y para todos al final habrá una compensación que vendrá dada por la justicia divina, -no humana, ¡para nuestra suerte!-, es decir, la salvación que Jesucristo nos compró con su muerte y resurrección”.
Francisco recordó que la misericordia de Dios no tiene límites y que tiene un plan para que cada persona alcance la plenitud.
El Papa recordó al sacerdote misionero Stanley Francisco Rother recién proclamado beato, y dijo que él era el claro ejemplo de un héroe del Evangelio.