Tres de los temas de los que siempre habla el Papa Francisco son los jóvenes, las periferias y la misericordia. Pier Giorgio Frassati, beatificado por Juan Pablo II en 1990, es un joven que encaja perfectamente en estos tres aspectos.
Hijo de una familia bien posicionada, Pier Giorgio era un apasionado de la vida y además un joven muy generoso, especialmente con los más necesitados. Cuando falleció a los 24 años de edad por la poliomielitis que contrajo cuidando a enfermos, la gente inundó las calles de Turin para honrar su figura.
P. MICHAEL NIEMCZAK
Fundador, www.piergiorgioletter.org
“En ese corto periodo de 24 años tuvo tiempo para amar a Dios y a los demás de una forma muy hermosa. No fundó ninguna congregación, no hizo ninguna de las cosas que se piensa que hacen los santos. Pero ayudó a todas las personas que pudo ayudar. Esa disponibilidad incondicional ha calado en todo el mundo hasta nuestros días”.
Precisamente por eso, el padre Michael ha creado esta página web www.piergiorgioletter.org.
La web propone a todos los jóvenes del mundo que firmen una carta con una intención muy particular.
P. MICHAEL NIEMCZAK
Fundador, www.piergiorgioletter.org
“La carta está dirigida al Papa Francisco para pedirle la canonización del beato Pier Giorgio con motivo del próximo sínodo de los jóvenes. Para ser santos, no tenemos que esperar hasta que nuestro camino vocacional esté claro. Porque podemos serlo haciendo cada día el bien a través de las oportunidades que se nos presentan para ayudar a las personas que encontramos”.
Desde el lanzamiento de la web el 20 de mayo, cuando se conmemoran los 27 de la beatificación de Frassati, han firmado la carta jovenes de todo el mundo.
P. MICHAEL NIEMCZAK
Fundador, www.piergiorgioletter.org
“Tenemos 1.206 firmas de personas de 40 países lo que es increíble. En las primeras 48 horas firmaron personas de todos los continentes. Nos hemos dado cuentade la devoción que hay por el beato Pier Giorgio Frassati y, con esta iniciativa, queremos que el Papa Francisco lo sepa”.
El jóven beato turinés responde perfectamente a las palabras del Papa Francisco cuando asegura que un cristiano es el que no se aburre o está triste porque los que aman a Cristo no hacen sino irradiar una profunda alegría.
