Francisco retomó las catequesis semanales recordando su paso por Colombia. En su rostro todavía se podían ver las huellas del golpe que se llevó en Cartagena.
Durante su intervención recordó lo que más le sorprendió del pueblo colombiano.
FRANCISCO
“Un pueblo alegre. Con mucho sufrimiento pero alegre. Un pueblo con esperanza. Una de las cosas que más me sorprendió en todas las ciudades fue ver entre la muchedumbre a los papás y mamás alzando a sus niños para que el Papa los bendijese. Pero también con orgullo hacían ver a sus propios hijos como diciendo: este es nuestro orgullo, esta es nuestra esperanza. Y yo pensé: un pueblo que es capaz de tener hijos y hacerlos ver con orgullo y esperanza, este pueblo tiene futuro. Y me ha gustado mucho”.
Señaló que la fe es parte de la medicina que puede curar las graves heridas causadas por décadas de atrocidades y sufrimientos.
FRANCISCO
“Es un país en el que las raíces cristianas son fortísimas. Y si esto hace mucho más fuerte el dolor por la tragedia de la guerra que lo ha desgarrado, al mismo tiempo constituye la garantía”.
El Papa desde ahora se retoma su agenda de trabajo normal con la vista puesta en el próximo viaje: Myanmar y Bangladesh en noviembre.
