En Colombia Francisco no podía dejar un mensaje que no fuera este: desterrar las ansias de venganza y perdonar a pesar de tantas décadas de dolor.
FRANCISCO
“Tenemos que romper esa cadena que se presenta como ineludible, y eso sólo es posible con el perdón y la reconciliación concreta”.
También fueron directos sus mensajes contra quienes se lucran del negocio de la droga a costa de los jóvenes.
FRANCISCO
“Los jóvenes son naturalmente inquietos, inquietud tantas veces engañada, destruida por los sicarios de la droga. Medellín me trae ese recuerdo, me evoca tantas vidas jóvenes truncadas, descartadas, destruidas. Los invito a pedir perdón para quienes destruyeron las ilusiones de tantos jóvenes”.
Si a los sicarios de la droga el Papa les pidió no aprovecharse de los jóvenes, a la jerarquía le pidió que no se aprovecharan del pueblo que se les ha encomendado.
FRANCISCO
“La Iglesia no está en América Latina como si tuviera las maletas en la mano, lista para partir después de haberla saqueado, como han hecho tantos a lo largo del tiempo”.
También fueron continuos sus llamamientos por el cuidado de la naturaleza y su petición de poner fin a la trata de personas. Tampoco faltaron menciones a países en crisis, como la vecina Venezuela.