En Medellín el Papa quiso poner a los niños en el centro. Por eso visitó el Hogar San José, un centro de más de 100 años de historia donde acogen a niños huérfanos o abandonados.
En el patio lo recibieron con flores y música. En total eran 300 los pequeños que esperaban su visita llenos de entusiasmo.
Allí escuchó la historia de Claudia. Una adolescentes que le contó que cuando tenía 2 años perdió a su familia en una masacre provocada por la guerrilla. Ella recibió un disparo en el abdomen y una bala rozó su cabeza.
CLAUDIA YESENIA GARCÍA
“Solo sobrevivimos 10 niños y mi tía. FLASH A mi tía se le cerró el mundo y no sabía qué hacer porque quedamos 10 niños entre 2 y 8 años para sacar adelante, pero Dios es grande, se dio cuenta de la obra de la Arquidiócesis de Medellín, los Hogares Infantiles San José, y acudió a Monseñor Armando Santamaría, pidiendo ayuda”.
La joven, emocionada, le contó que ahora estudia para ser maestra y el Papa, en su intervención, le habló de la importancia de saber ver en medio de la adversidad la mano de Dios.
FRANCISCO
“Claudia Yesenia, al lado de tanto horror sucedido, Dios te regaló una tía que te cuidó, un hospital que te atendió y finalmente una comunidad que te recibió. Este «hogar» es una prueba del amor que Jesús les tiene y de su deseo de estar muy cerca de ustedes”.
La visita se cerró con un “show” musical interpretado por las niñas del Hogar y al terminar, Francisco se despidió encargando a los pequeños una no pequeña misión puesto que también se lo pide a presidentes y altos dignatarios:
“Y por favor no se olviden de rezar por mí. Gracias”.