Francisco llegó en medio de una gran expectación al parque Simón Bolívar de Bogotá donde miles de personas esperaron durante horas al Papa pese a la lluvia. Francisco presidió allí su primera misa en Colombia en un recinto donde no cabía ni un alfiler.
Al detener el papamóvil un grupo de niños con discapacidad le ofrecieron esta calurosa bienvenida y lo acompañaron a la sacristía.
En su homilía, Francisco criticó duramente la corrupción y la sed de venganza. Explicó que son tinieblas que amenazan la vida pero que Jesús puede disipar.
FRANCISCO
“Las tinieblas de la injusticia y de la inequidad social; las tinieblas corruptoras de los intereses personales o grupales, que consumen de manera egoísta y desaforada lo que está destinado para el bienestar de todos; las tinieblas del irrespeto por la vida humana que siega a diario la existencia de tantos inocentes, cuya sangre clama al cielo; las tinieblas de la sed de venganza y del odio que mancha con sangre humana las manos de quienes se toman la justicia por su cuenta; las tinieblas de quienes se vuelven insensibles ante el dolor de tantas víctimas”.
En esta jornada en Bogotá centrada especialmente en la dignidad de la vida humana, el Papa abogó especialmente por la defensa de la vida en todas sus fases.
FRANCISCO
“Particularmente cuando es más frágil y vulnerable: en el seno materno, en la infancia, en la vejez, en las condiciones de discapacidad y en las situaciones de marginación social”.
Además invitó de nuevo a los colombianos a estar por encima de intereses mezquinos o particulares y a que se unan por un objetivo mayor.
FRANCISCO
“Y como los apóstoles, hace falta llamarnos unos a otros, hacernos señas, como los pescadores, volver a considerarnos hermanos, compañeros de camino, socios de esta empresa común que es la patria”.
Más de un millón de personas acompañaron al Papa en esta ceremonia en la que Francisco pidió a los colombianos unidad para poder superar juntos su historia de violencia y división.