Francisco mantuvo una reunión con la cúpula del CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano, un organismo que agrupa obispos de 22 países de América Latina y el Caribe y en el que él mismo ha participado durante muchos años.
El Papa les dirigió un amplio discurso en el que reflexionó sobre la misión de la Iglesia en América Latina. Explicó a los obispos que todos sus esfuerzos tienen que centrarse en hablar a los hombres de Dios desde la cercanía y el encuentro.
FRANCISCO
“No se puede, por tanto, reducir el Evangelio a un programa al servicio de un gnosticismo de moda, a un proyecto de ascenso social o a una concepción de la Iglesia como una burocracia que se autobeneficia, como tampoco esta se puede reducir a una organización dirigida, con modernos criterios empresariales, por una casta clerical”.
Para evitar este riesgo, les propuso imitar a Cristo y caminar entre las personas, hacer, en definitiva, trabajo de campo.
FRANCISCO
“No nos es lícito dejarnos paralizar por el aire acondicionado de las oficinas, por las estadísticas y las estrategias abstractas. Es necesario dirigirse al hombre en su situación concreta; de él no podemos apartar la mirada. La misión se realiza siempre cuerpo a cuerpo”.
El Papa también habló de la especificidad del continente latinoamericano, una región mestiza en la que la Iglesia está para quedarse.
FRANCISCO
“La Iglesia no está en América Latina como si tuviera las maletas en la mano, lista para partir después de haberla saqueado, como han hecho tantos a lo largo del tiempo. Quienes obran así miran con sentido de superioridad y desprecio su rostro mestizo; pretenden colonizar su alma con las mismas fallidas y recicladas fórmulas sobre la visión del hombre y de la vida, repiten iguales recetas matando al paciente mientras enriquecen a los médicos que los mandan”.
América Latina es, además, una tierra de esperanza, dijo el Papa, un pueblo “que ha aprendido que ninguna desilusión es suficiente para doblegarlo”. Aclaró que esta esperanza se concreta en los jóvenes, los laicos y especialmente, en las mujeres.
FRANCISCO
“Por favor. No pueden ser reducidas a siervas de nuestro recalcitrante clericalismo; ellas son, en cambio, protagonistas en la Iglesia latinoamericana”.
Por último, el Papa recordó a los obispos latinoamericanos otra de las claves para llevar a cabo su misión en el continente.
FRANCISCO
“Si queremos servir desde el CELAM, a nuestra América Latina, lo tenemos que hacer con pasión”.
Antes de concluir, Francisco pidió a los obispos que no pierdan el contacto con su gente y con la religiosidad popular del continente.