Esta es la alegría que se desató cuando Francisco entró en el Aula Pablo VI. Sin embargo, el Papa llegó un poco tarde y tan solo se detuvo para bendecir a los niños pequeños... Aunque estos dos fueron más despiertos que los demás y salieron así a su encuentro.
El Papa se reunió con los miembros de Shalom, un movimiento para jóvenes nacido en Brasil hace 35 años y que hoy incluye a misioneros, sacerdotes, familias y consagrados.
Francisco escuchó atentamente el testimonio de 3 jóvenes. Uno de ellos le preguntó cómo llevar la misericordia a un mundo sin esperanza. Otra le explicó que había sido bautizada durante el jubileo de la misericordia y, el último, contó al Papa cómo logró salir de las drogas.
Francisco, de forma improvisada, respondió a sus preguntas hablando en español. Les explicó que la misericordia es algo que testimoniar con la vida más que algo que explicar con palabras.
FRANCISCO
“Ese testimonio de no estar encerrado en sí mismo, en los propios intereses, sino en salir, salir buscando a Dios, -no es fácil buscar a Dios es todo un camino-, salir compartiendo con los demás. No jugando al nene privilegiado al que le regalan los juguetes y todo para él, no, salir a contarle a los demás que Dios es bueno y te esta esperando aún en peores momentos de la vida”.
También les advirtió de que el mirarse demasiado a uno mismo no conduce más que a la tristeza. Y sobre las drogas, el Papa les recordó que arrebatan todo a una persona, incluso, las propias raíces.
FRANCISCO
“El narcisismo te produce tristeza porque vives preocupado de maquillarte el alma todos los días, de aparecer mejor de lo que eres, de contemplarte si tienes una belleza mejor que los demás, es la enfermedad del espejo. Jóvenes, rompan el espejo, no se miren al espejo porque el espejo engaña, miren hacia afuera, miren hacia los demás” FLASH “Uno vive en un mundo sin ningún arraigo y ese es el drama de la droga: jóvenes totalmente desarraigados sin compromisos reales. Es decir, sin verdaderos compromisos de carne porque con la droga ni tu propio cuerpo sientes”.
Francisco pidió a estos jóvenes que correspondan el plan de Dios siendo generosos y dando gratis lo que gratuitamente han recibido. Para asegurarse de que lo habían entendido, les preguntó. Al tímido “sí” que recibió, el Papa respondió con esta broma.
FRANCISCO
“¿De acuerdo? Ay Dios mío cómo están. Parece que yo en vez de darlos ánimos les estoy dando un calmante nervioso para dormirlos”.
Invitó a todos los miembros de esta comunidad a cultivar el diálogo entre jóvenes y ancianos y no quiso marcharse sin antes saludar a algunos enfermos y a los miembros más especiales de este movimiento carismático presente en más de 30 países del mundo.