La basílica de la Sagrada Familia es uno de los lugares más simbólicos de Barcelona y del catolicismo en Europa. Por eso era también uno de los objetivos de los recientes atentados de Barcelona.
Su historia es apasionante. El impresionante edificio aún está en fase de construcción, y las obras no concluirán antes del año 2026, 154 años después de su inicio.
Faltan muchas de sus torres. Cada una representará a un evangelista o a un apóstol. Y las dos más grandes, a la Virgen María y a Jesucristo.
Josep Maria Tarragona, biógrafo de Antoni Gaudí, dice que la idea del arquitecto fue llevar los “retablos” a las fachadas, para explicar el Cristianismo a los de la calle.
JOSEP MARIA TARRAGONA
Biógrafo de Antoni Gaudí
“Las fachadas exteriores de la Sagrada Familia son la del Este, la del Sur y la del Oeste. Son tres grandes catequesis con todas las figuras y con todas las expresiones: la infancia y la adolescencia de la vida de Jesús, en el Este, donde sale el sol; la Pasión y la muerte de Jesús en el Oeste, donde muere el sol; y la Creación y del Juicio Final en el Sur, que es cuando el sol esta más alto y el sol es Cristo y es la luz”.
José Manuel Almuzara piensa que Gaudí no sólo era un arquitecto genial sino un modelo para los católicos, porque vivió con mucha coherencia su fe.
JOSÉ MANUEL ALMUZARA
Presidente, Asociación pro Beatificación de Antonio Gaudí
“Gaudí hace tiernamente esa escultura, la hace de esta forma, que la Virgen presenta al Niño y el papá detrás como protegiendo. Son detalles concretos que pueden ayudar a las personas a hacer ese recorrido de la misericordia de una forma real y más llevadera”.
El escultor japonés Etsuro Sotoo visitó Barcelona a finales de los 70. Se entusiasmó con el proyecto y ahora trabaja allí para continuar la obra de Gaudí.
ETSURO SOTOO
Escultor
“¿Para qué construimos el templo de la Sagrada Familia? Una pregunta sencilla: ¿para qué construimos? No buscamos la belleza orgullosa del hombre. No. El templo de la Sagrada Familia es una herramienta para construirnos a nosotros”.
En el año 2010, Benedicto XVI consagró la basílica. Quedó impactado de cómo Gaudí unió arquitectura y teología en un tiempo en el que “el hombre pretende edificar su vida de espaldas a Dios”.
Y es que la Sagrada Familia es en cualquier caso un referente para arquitectos, y un lugar de inspiración para las 4 millones y medio de personas que cada año entran en esta obra maestra de nuestro tiempo.
