El Papa ha hecho una excepción a la pausa de agosto para participar en este congreso sobre Liturgia organizado por obispos italianos.
La ocasión es importante porque el Papa ha aclarado que hablaría con “autoridad magisterial”.
Francisco ha repasado el proceso de reforma litúrgica de la Iglesia católica, que comenzó en 1903 y concluyó 60 años después durante el Concilio Vaticano II. El resultado fue un nuevo rito de la Misa que aceptaba el uso de otros idiomas además del latín, e incluía una mayor variedad de lecturas bíblicas.
El Papa ha dicho ahora “con autoridad magisterial” que esa reforma es “irreversible” y ha pedido que se eviten “aplicaciones parciales o prácticas que la desfiguren”.
FRANCISCO
“La tarea de promover y custodiar la liturgia, según el Derecho, es de la Sede Apostólica y de los obispos diocesanos, en cuya responsabilidad y autoridad confío en este momento”.
La reforma litúrgica realizada en 1963 por el Papa Pablo VI hizo posible una mayor participación de los católicos en la Misa.
Pero algunos sectores la aplicaron de un modo abusivo y superficial que parecía banalizar la Eucaristía. Esos abusos llevaron a muchos a mirar con sospechas a la reforma.
Ahora que han pasado los años y se han calmado las aguas, el Papa pide a todas las sensibilidades que apliquen realmente la reforma, y que profundicen en su significado.