El trabajo del Vaticano para que el Mediterráneo deje de ser un cementerio

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22/08/2017
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El fenómeno de la inmigración ilegal y la crisis de los refugiados, aunque tarde, han provocado una reacción en algunos gobiernos que han aceptado en responder a estas dos emergencias globales. El Vaticano está aportando su parte a un instrumento internacional llamado Global Compacts, dos pactos globales que se deben aprobar antes de que acabe 2018 y que tienen como protagonistas a los refugiados y a los inmigrantes.

P. FABIO BAGGIO
Subsecretario, Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral
“Pensemos en los grandes cementerios de hoy que son los desiertos, estos lugares de paso de inmigrantes, del Mediterráneo... Se nos pide con urgencia una acción inmediata de rescate por una parte, pero también se nos requiere aclarar y ampliar los canales legales y seguros que hacen que una persona esté a salvo sin tener que arriesgar su vida”.

Este departamento sobre emigrantes y refugiados, dirigido personalmente por el Papa, está decidido a apoyar todas las acciones que permitan salvar tantas vidas como sea posible. Por recordar la importancia de este compromiso, en sus oficinas está este chaleco salvavidas que un socorrista español entregó al Papa Francisco. Perteneció a una niña siria de seis años que murió en el Mediterráneo. 

Con el fin de cumplir con su misión están movilizando todos los recursos vaticanos a su alcance. El objetivo es que se hagan realidad los 20 puntos de este documento resumidos en los cuatro verbos que el Papa propone para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado: Acoger, proteger, promover e integrar.

P. FABIO BAGGIO
Subsecretario, Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral
“Hemos informado de todos nuestros trabajos al Santo Padre y nos dio una vía libre para proceder en la línea y que son veinte puntos en total. Estamos en estrecho contacto con la Secretaría de Estado para que estos puntos sean parte de nuestra campaña de sensibilización que debe poder influir, al menos según nuestros objetivos, la reflexión de la comunidad internacional”.

Son 20 puntos especialmente centrados en posibilitar las vías seguras y legales para quienes huyen de las guerras, el hambre o la violencia endémica y que se proponen a los gobiernos de todo el mundo. Aunque para la Iglesia no es nada nuevo abrir las puertas al forastero. De ahí que el padre Baggio hable de exportar las buenas prácticas para demostrar que integrar es posible.

P. FABIO BAGGIO
Subsecretario, Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral
“Sin exagerar, son millones las personas que reciben la ayuda de la iglesia católica a través, o bien de las congregaciones religiosas, o bien de las comisiones u oficias de las iglesias locales, que se dedican a los inmigrantes o de las organizaciones católicas empezando por Cáritas. (FLASH). Son innumerables las experiencias positivas que estamos recopilando en todas las naciones y regiones, e intentaremos documentarlas en un informe que queremos publicar el año que viene”.

La primera herramienta para su trabajo son las parroquias, la primera puerta a la que llaman las personas que llegan del extranjero y los primeros brazos abiertos que encuentran. Desde allí y con su experiencia, el Vaticano quiere demostrar que es urgente cambiar las políticas internacionales a favor de los más débiles.

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