El catolicismo en Suecia ha tenido una historia difícil. Después de la Reforma Protestante, ser católico suponía la condena a la pena de muerte. Sin embargo, en el año 2000, el país la reconoció como una religión, incluso y dio la bienvenida al Papa Francisco en octubre de 2016.
CARD. ANDERS ARBORELIUS
Arzobispo de Estocolmo (Suecia)
“Hace 400 años, había pena de muerte para los católicos suecos pero las cosas han cambiado mucho, gracias a Dios. Desde el año 2000 tenemos los mismos derechos. La Iglesia católica fue reconocida y tenemos las mismas posibilidades”.
En la actualidad hay 117.000 católicos registrados en este país indiferente a la religión, con una población de casi 10 millones de habitantes. Sin embargo, el cardenal sueco asegura que el número de católicos crece, sobre todo por los inmigrantes. Y, aunque muchos no han nacido en Suecia, las generaciones posteriores están renovando la Iglesia.
CARD. ANDERS ARBORELIUS
Arzobispo de Estocolmo (Suecia)
“Los católicos suecos son minoría en su Iglesia. Pero los hijos de emigrantes ya sí son suecos. Así que podríamos decir que la Iglesia católica está cada vez más integrada en la sociedad sueca. Tenemos que construir nuevas iglesias porque el número de católicos aumenta. Esto es muy esperanzador pues es un país muy secular. Por supuesto, también hay personas que dejan la fe y abandonan la Iglesia, pero hay muchas más que se convierten y eso es muy raro en Europa”.
Muchos líderes de la Iglesia luterana estuvieron cerca del Papa cuando viajó a Suecia y cuando nombró cardenal a Anders Arborelius. Y es que ellos lo ven como su cardenal. Anders Arborelius piensa que su nombramiento ayudará a que los católicos de Suecia sean más reconocidos.
CARD. ANDERS ARBORELIUS
Arzobispo de Estocolmo (Suecia)
“Suecia es el país donde está más desarrollada la Iglesia luterana y esto es muy importante. Pero las demás Iglesias y denominaciones de Suecia están encantadas de trabajar juntas en el Consejo Nacional de Iglesias”. “Hemos atravesado siglos de persecución y todavía muchos católicos se sienten como ciudadanos de segunda clase. No se sienten aceptados. Pero poco a poco, estamos participando más en la sociedad y tal vez mi nombramiento como cardenal pueda ayudar a que nos integremos más porque somos parte de la sociedad”.
Quizá este proceso sea lento y no se vean resultados a corto plazo, pero el nombramiento del cardenal Anders Arborelius es un acontecimiento que pasará a la historia de Suecia.