Durante el rezo del Ángelus, el Papa recordó que el 30 de julio se conmemora la lucha contra el tráfico de seres humanos. Francisco está especialmente sensibilizado con esta lacra que afecta a millones de niños, mujeres y hombres. Por eso, con duras palabras, lamentó que el mundo se haya casi acostumbrado a esta situación.
FRANCISCO
“Parece que nos hemos acostumbrado a considerarlo como algo normal. ¡Esto está mal, es cruel y criminal!”
El Papa invitó a todos los peregrinos a rezar un Avemaría por todas estas víctimas inocentes.
Se estima que hay 21 millones de personas en el mundo que son víctimas de la explotación laboral, sexual o del tráfico de órganos. Ante este panorama, el Papa Francisco ha pedido un mayor compromiso para combatir este mal.
FRANCISCO
“Deseo llamar al compromiso de todos para que esta lacra aberrante, esta esclavitud moderna, sea adecuadamente combatida. Recemos juntos a la Virgen María para que sostenga a las víctimas de la trata y convierta el corazón de los traficantes”.
En su catequesis previa, Francisco habló del significado de las parábolas de la perla preciosa y del tesoro escondido. A partir de ellas explicó que hay dos actitudes para hallar el Reino de Dios: La búsqueda y el sacrificio.
FRANCISCO
“El Reino de Dios se ha ofrecido a todos pero no se ha puesto a disposición en bandeja de plata, requiere de un dinamismo. Se trata de buscar, de caminar, de hacer”. “Cuando el tesoro y la perla son descubiertos, es decir cuando hemos encontrado al Señor, es necesario no dejar estéril este descubrimiento sino sacrificar por él cualquier otra cosa. No se trata de despreciar el resto sino de subordinarlo a Jesús poniéndolo a Él en primer lugar”.
Por último, el Papa aseguró que poniendo a Cristo en primer lugar, el corazón se llena de la alegría plena que solo Cristo puede dar, que es la alegría del enfermo curado, del pecador perdonado y del ladrón al que se le abren las puertas del Paraíso.