Hay 2.400 nuevas luces led, pero no son para deslumbrar sino para iluminar y hacerlo con la misma intensidad con la que Rafael pintó estas habitaciones en el siglo XVI.
El desafío era grande porque se trataba de reproducir de manera artificial las condiciones lumínicas del mismo sol para provocar que la experiencia de disfrutar de estas pinturas sea la más cercana al momento exacto en que se pintaron.
CARLO BOGANI
Responsable proyecto de iluminación
“Nos marcamos como objetivo reproducir la luz natural de forma artificial. Por tanto, el gran desafío ha sido reproducir el esquema cromático del sol o al menos el más cercano al sol de modo que se asemejen a las condiciones con las que Rafael pintó los frescos”.
Gracias a esta nueva luz que baña las famosas estancias ahora se puede ver así la obra maestra de Rafael, la Escuela de Atenas, uno de los frescos más famosos de la Historia del Arte que el pintor italiano realizó con poco más de 25 años de edad.
Fue un encargo del Papa Julio II que quería decorar la Stanza della Segnatura, la que sería su biblioteca personal.
La Escuela de Atenas es el fresco que atrae todas las miradas por su innovadora composición y extraordinaria perspectiva. Aquí Rafael quiso plasmar toda la Historia de la Filosofía. En el centro Platón y Aristóteles dirimen sus diferencias filosóficas entre otros grandes pensadores.
Después de ver la Capilla Sixtina, Rafael incluyó a este personaje que tiene el rostro de Miguel Ángel. Es el filósofo Heráclito. Y el artista también se incluyó en su retrato. Es uno de los pocos personajes que interpela al espectador con la mirada.
Y, en frente de la Filosofía, Rafael situó la Teología en este otro fresco, “La disputa del Sacramento” que fue, en realidad, el primero de los frescos que pintó.
Ahora el visitante puede disfrutarlos con la misma luz con la que Rafael los quiso como si aún la pintura estuviera fresca en estas paredes.