Obispo de Sudán del Sur: Quienes están muriendo en mi país son seres humanos

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24/07/2017
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Pese a que el Papa Francisco lo anunció en esta visita a una parroquia anglicana de Roma, la realidad se impone y no podrá viajar a Sudán del Sur por los altos riesgos para su seguridad.

Sin números fiables del todo, se estima que hay casi 2 millones y medio de desplazados y decenas de miles de muertos como consecuencia de una guerra civil que parece no tener fin y en la que se han cometido crímenes cercanos al genocidio. No solo el fuego cruzado se está cobrando vidas. A la desgracia de la guerra civil también se suma la sequía y la hambruna.  

MONS. ERKOLANO LODU
Obispo de Yei, Sudán del Sur
“Se necesita una gran respuesta para aliviar la situación. Las personas están muriendo. Seamos humanos todos. Quienes están muriendo son seres humanos. Necesitamos ayuda humanitaria”.

Erkolano Lodu es obispo de la diócesis sudsudanesa de Yei, en la frontera con Uganda y República Democrática del Congo. Describe un país al borde del abismo.

MONS. ERKOLANO LODU
Obispo de Yei, Sudán del Sur
“La situación de guerra está produciendo mucho sufrimiento, hambre. Es una situación de miedo y en la que las personas están desesperadas. Por eso las personas están huyendo de Sudán del Sur a países vecinos como Uganda, Congo y también Sudán del que se separó Sudan del Sur”.

Precisamente la deseada independencia en 2011 abrió un horizonte nuevo para una población hasta entonces unida por este objetivo común. Con la separación de Sudán esperaban que la tan ansiada paz llegara tras la guerra civil que vivió Sudán entre 1985 y 2005. El obispo lamenta que la Comunidad Internacional, que acogió con entusiasmo este proceso, ahora se haya olvidado de su país.

MONS. ERKOLANO LODU
Obispo de Yei, Sudán del Sur

“Necesitamos la mediación y la ayuda de la Comunidad Internacional. No significa que no sepamos solucionar nuestros problemas. La solución debe venir de nosotros pero necesitamos que nos ayuden a encontrar esa solución. Así que desde ese punto de vista puedo decir que nos sentimos abandonados y no creo que lo correcto es que la Comunidad Internacional se haya cansado de ayudar a Sudán del Sur que conseguimos la independencia con tanto entusiasmo y que ahora abandonen Sudán del Sur a su suerte”.

Unas 120.000 personas están en riesgo de morir de hambre en un país en el que, en pleno siglo XXI, los padres se quitan el pan de la boca para dárselo a sus hijos. Hay gente aislada en los poblados que ni siquiera puede huir y precisa de ayuda por aire. 

Sin embargo otras crisis internacionales acaparan toda la atención y los fondos de las organizaciones humanitarias haciendo que Sudán del Sur haya desaparecido del mapa. Monseñor Lodu solo pide que no se deje morir de hambre a su pueblo sino que se le brinde la oportunidad de volver a disfrutar de la esperanza de paz con la que nació su país hace solo 6 años.

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