Cardenal Tagle: “Mostrar cariño a los refugiados cura sus heridas y les da dignidad”

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20/07/2017
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Según la Agencia de Refugiados de la ONU, unas 65 millones de personas han tenido que huir de sus hogares en todo el mundo, lo que ha provocado el mayor número de desplazados desde la II Guerra Mundial. De ellos, 21 millones son refugiados, y más de la mitad tienen menos de 18 años.

Durante esta reunión en el Vaticano, los líderes de Cáritas en todo el mundo intercambiaron experiencias sobre cómo afrontar esta emergencia. 

CARD. LUIS ANTONIO TAGLE
Presidente de Cáritas International
“La Iglesia, especialmente a través de Cáritas, muestra al mundo que Dios ama a todos. Un refugiado es un ser humano. No le preguntas de dónde viene, ni cuál es su religión. Estamos ante un hermano o hermana que sufre; y el amor de Dios es para todos.”

MONS. LUC VAN LOOY
Presidente de Cáritas Europa

“Es absolutamente necesario volver a hablar de la cultura cristiana en la que se apoya nuestra cultura europea. Hay una cultura cristiana viva en Europa y se manifiesta en estas situaciones.”

Luc Van Looy dice que en su propia ciudad, en Bruselas, ve directamente la integración de los refugiados y la apertura de muchos ciudadanos para incluirlos en la sociedad.

MONS. LUC VAN LOOY
Presidente de Cáritas Europa

“Veo refugiados que encuentran trabajo. Veo personas muy inteligentes de Siria que se sienten en casa en mi ciudad y veo que la gente los respeta. Veo médicos sirios que hacen mucho por los belgas. Esto es lo más importante. Por supuesto que hay muchos otros que no han encontrado todavía un lugar donde vivir. Pero cuando veo que tantos se han integrado y son aceptados y respetados, veo que eso es lo que la cultura cristiana puede hacer en Europa”.

Aunque los refugiados necesitan ayudas materiales, el cardenal Luis Antonio Tagle recuerda que necesitan también experimentar la caridad cristiana. 

CARD. LUIS ANTONIO TAGLE
Presidente, Cáritas Internacional

“Cuando los refugiados ven que les apoyan o al menos se sienten queridos, considerados o apreciados, todo esto vale más que la comida o que el agua que les das, aunque también sean necesidades básicas. El amor sana y afirma la dignidad de la persona humana '.

Manifestarles aprecio puede ser escuchar sus historias, invitarles a una fiesta, o ayudarles mientras se integran en su nuevo hogar, ya sea en Europa o en otras partes del mundo.

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