Es el primer cardenal de Laos, un país en el que los cristianos no son totalmente libres para vivir su fe. Es el primer cardenal de una pequeña comunidad católica que representa menos del 1 por ciento en una población de 7 millones de habitantes.
La vida del cardenal Ling es un reflejo de la historia del propio Laos. El país estuvo en guerra civil entre 1963 y 1975, un conflicto que se saldó con la imposición del régimen comunista. Él mismo fue ordenado sacerdote en 1972 en un campo de refugiados. Después, el régimen comunista lo encarceló durante tres años, de 1984 a 1987, por el delito de hablar de Jesucristo. Hoy en día, pasados más de 30 años, es capaz de contarlo con una sonrisa en los labios.
CARD. LOUIS-MARIE LING
Vicario apostólico de Paksé, (Laos)
'Fue bueno para mí. Fue como otro noviciado porque fue como una formación. Acepté la situación. Cuando lo aceptas acabas por estar bien. No hay ningún problema ni ninguna crisis'.
Aunque ha habido leves mejoras en cuanto a la libertad religiosa en Laos, aún hay un gran control gubernamental tanto del culto como de la actividad misionera. No obstante, pese a las dificultades la comunidad católica crece sin prisa pero sin pausa.
CARD. LOUIS-MARIE LING
Vicario apostólico de Paksé, (Laos)
'Se trata de ir paso a paso en la fe. Tienes también que probarte a ti mismo si tienes fe o no. Vamos adelante, paso a paso'.
El cardenal cuenta con poquísimos colaboradores para los casi 11.000 católicos de su diócesis. Su equipo son 7 sacerdotes, 9 religiosos y 16 religiosas. Así se lo explicó al Papa durante la visita ad limina de los obispos de Camboya y Laos el pasado enero. Francisco aseguró entonces haberse sentido muy conmovido por la historia de este obispo, quien jamás se sintió abandonado por Dios durante su cautiverio.
AC
MG/CTV
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