El obispo Teofilius Matulionis es oficialmente el primer mártir de Lituania. Murió víctima de la opresión del comunismo soviético en el siglo XX, y este fin de semana fue beatificado en Lituania.
A la ceremonia en Vilnius asistieron unas 30.000 personas, entre ellos 500 sacerdotes y 50 obispos. Celebró la beatificación el cardenal como Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos.
Cuando el cardenal pronunció la fórmula, varios soldados llevaron los restos del nuevo beato cerca del altar, y se descubrió un lienzo con su retrato.
A lo largo de su vida fue condenado tres veces al gulag por no aplicar las normas contra la Iglesia que ordenaba el régimen comunista.
No abandonó su país ni siquiera tras el segundo ataque bolchevique. En aquel entonces dijo: 'Me quedaré con mi propia gente. No tengo miedo a que me persigan. Cuando rezo, no tengo miedo'.
Pasó más de 15 años en varios gulag. Y varios años después de ser liberado, después de una inspección de su apartamento por agentes soviéticos, murió envenenado. Es oficialmente el primer mártir católico de la época comunista de Lituania.
La beatificación permite que sea venerado sólo en su propia diócesis, pero abre el paso para continuar el proceso que permita algún día su canonización.