El Papa presidió el Consistorio Ordinario Público para la creación de 5 nuevos cardenales. Al entrar en la basílica de San Pedro, Francisco se detuvo a orar ante la tumba del primer Papa.
Después uno de los nuevos cardenales, Juan José Omella, saludó a Francisco en nombre de los purpurados. El arzobispo de Barcelona expresó al Papa el deseo de estos purpurados de convertirse en los colaboradores más cercanos de Francisco.
CARD. JUAN JOSÉ OMELLA
'No queremos ser una Iglesia autorreferencial; queremos ser una Iglesia peregrina por las calles del mundo buscando a todos, impregnando en su corazón el bálsamo de la alegría y de la paz y secando las lágrimas de muchos'.
A continuación, se leyó un fragmento del Evanglio y el Papa pronunció una breve homilía en la que les pidió que siempre estén atentos a la realidad.
FRANCISCO
'La realidad son los inocentes que sufren y mueren por las guerras y el terrorismo; son las esclavitudes que no cesan de negar la dignidad incluso en la época de los Derechos Humanos; la realidad es la de los campos de refugiados que, a veces, parecen más el infierno que el purgatorio'.
Francisco también les recordó que ser cardenales implica seguir aún más el camino de servicio del mismo Jesucristo.
FRANCISCO
'Él no os llama a convertiros en 'príncipes' de la Iglesia, a 'sentaros a su derecha o a su izquierda' .Os llama a servir como Él y con Él'.
Francisco entonces pronunció la fórmula por la que creó a los cinco nuevos cardenales. Por su parte, los nuevos purpurados también recitaron las palabras por las que juran fidelidad y obediencia al Papa.
El primer cardenal que recibió la birreta de manos de Francisco fue el arzobispo de Bamako, Malí, monseñor Jean Zerbo.
El segundo fue el arzobispo de Barcelona, España, monseñor Juan José Omella.
Posteriormente pasó monseñor Anders Arborelius, obispo de Estocolmo, Suecia.
A continuación Francisco impuso la birreta a monseñor Louis-Marie Ling Mangkhanekhoun, de Laos.
Y, por último se arrodilló ante Francisco el cardenal Gregorio Rosa Chávez, de El Salvador, el primer obispo auxiliar que se ha convertido en cardenal.
La ceremonia concluyó con una oración a la Virgen María y con la tradicional procesión que, en esta ocasión, encabezaron los nuevos purpurados por delante del Papa Francisco.
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