En su homilía en Casa Santa Marta el Papa dijo que los cristianos no necesitan ni un horóscopo ni una bola de cristal para conocer su futuro, y que deben ir por la vida abiertos a las sorpresas del Señor, sean buenas o malas.
FRANCISCO
'El camino comienza todos los días por la mañana; el camino de encomendarse al Señor, el camino abierto a las sorpresas del Señor, tantas veces no buenas, tantas malas, pensemos en una enfermedad, en una muerte pero abierto, porque yo sé que Tú me llevarás a un lugar seguro, a una tierra que Tú has preparado para mí: es decir, el hombre en camino, el hombre que vive en una carpa, una carpa espiritual'.
Concluyó diciendo que la vida de un cristiano es en el fondo sencilla: 'Fiarse en Dios y en los demás'.
EXTRACTO DE LA HOMILíA DEL PAPA EN ESPAí?OL
Fuente: Radio Vaticana
'Ser cristiano lleva siempre esta dimensión de despojo que encuentra su plenitud en el despojo de Jesús en la Cruz. Siempre hay un 'vete', 'deja', para dar el primer paso: 'Deja y vete de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre'. Si hacemos un poco de memoria veríamos que en los Evangelios la vocación de los discípulos es un 'vete', 'deja' y 'ven'. También en los profetas, ¿no? Pensemos en Eliseo, trabajando la tierra: 'Deja y ven'. '...Pero al menos, permíteme saludar a mis padres'... 'Pero, ve y vuelve'. 'Deja y ven'.
'El cristiano no tiene un horóscopo para ver el futuro; no va a ver al nigromante que tiene una esfera de cristal, y quiere que le lea la mano. No, no. No sabe a dónde va. Va guiado. Y esto es como una primera dimensión de nuestra vida cristiana: despojarse. Pero, despojarse ¿para qué? ¿Para una ascesis firme? ¡No, no! Para ir hacia una promesa. Y ésta es la segunda. Nosotros somos hombres y mujeres que caminamos hacia una promesa, hacia un encuentro, hacia algo una tierra, dice a Abrahán que debemos recibir en herencia'.
'El camino comienza todos los días por la mañana; el camino de encomendarse al Señor, el camino abierto a las sorpresas del Señor, tantas veces no buenas, tantas veces gravespensemos en una enfermedad, en una muerte pero abierto, porque yo sé que Tú me llevarás a un lugar seguro, a una tierra que Tú has preparado para mí: es decir, el hombre en camino, el hombre que vive en una tienda, una tienda espiritual. Nuestra alma, cuando se acomoda demasiado, se instala demasiado, pierde esta dimensión de ir hacia la promesa y, en lugar de caminar hacia la promesa, lleva la promesa y posee la promesa. Y esto no va, no es propiamente cristiano'.