El Papa salió del Vaticano en este coche rumbo el palacio del Quirinal, en el centro de Roma, donde visitó al presidente italiano Sergio Mattarella.
Como era una visita de Estado, el presidente le recibió en la misma puerta, y luego escucharon los himnos de la Santa Sede y de Italia.
Mientras recorrían los pasillos, se escuchó este relevante intercambio informal de impresiones sobre China, país que el presidente italiano visitó en febrero.
'También nuestras relaciones con China son buenas. Son buenas'.
'Yo tuve la impresión de que ellos están interesados. Se tomarán su tiempo necesario y lo harán con mucha cautela'.
'Los tiempos chinos...'
'Tienen un sentido de la Historia muy amplio, y eso es una ventaja porque les permite realizar un examen de los problemas con visión de futuro'.
En los discursos oficiales, mostraron cómo la colaboración entre Iglesia y Estado en Italia ha permitido promover valores a largo plazo.
SERGIO MATTARELLA
Presidente de Italia
'Los problemas, los grandes problemas de esta época, si se afrontan de un modo inadecuado y estrecho y con falta de visión, es probable que nos aplasten'.
FRANCISCO
'Es necesaria una alianza de sinergias y de iniciativas para que los recursos financieros se pongan al servicio de este objetivo de gran importancia y valor social, y no se desvíen y se dispersen sobre todo a inversiones especulativas, que denotan falta de plan a largo plazo'.
Entre los huéspedes del presidente italiano había unos 200 niños de zonas afectadas por los terremotos en el centro de Italia.
Aprovecharon el encuentro para pedir autógrafos... y abrazos.
'Gracias, presidente, por haber traído a los niños. A mí me da alegría estar con ellos'.
FRANCISCO
'Me acuerdo ahora de esa canción tan bonita que cantan los alpinos: 'En el arte de escalar, el éxito no es no caer, sino no quedarse caído'. Siempre hay que levantarse, siempre esa palabra, levántate, arriba'.
Después de estos saludos, el presidente acompañó al Papa hasta su coche y se despidió de él muy agradecido. Y esto fue lo último que le dijo Francisco.
'Dios le bendiga, rece por mí, que yo rezo por usted'.