Bajo un sol sofocante, el Papa conmemoró la fiesta de la Santísima Trinidad con miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro. Dedicó el ángelus al misterio de la Trinidad, que comentó al hilo de la Carta de San Pablo a los Corintios.
FRANCISCO
'La Segunda Carta presenta las palabras de saludo que San Pablo dirige a la comunidad de Corinto: 'La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros. La comunidad cristiana, a pesar de sus limitaciones humanas, puede convertirse en un reflejo de la comunión de la Trinidad, de su bondad y de su belleza'.
El Papa recordó también el episodio de la revelación del nombre de Dios en el Antiguo Testamento, que culmina con la encarnación de Cristo.
FRANCISCO
'Jesús nos manifestó el rostro de Dios, Uno en la sustancia y Trino en las personas; Dios es todo y sólo Amor, en una relación subsistente que crea, redime y santifica: Padre, Hijo y Espíritu Santo'.
Después de la bendición, recordó que el sábado fue beatificada la italiana Itala Mela, una atea conversa, que se hizo oblata benedictina, y que centró su viaje espiritual en el misterio de la Santísima Trinidad.
JC/JMB
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