Casi 100.000 genoveses recibieron al Papa enarbolando sus tradicionales crucifijos ricamente adornados.
Era la misa con la que concluyó la breve pero intensa visita a la región de Liguria. En su homilía dijo que hay que permitir a Dios entrar en la vida cotidiana de cada persona a pesar del estrés y las carreras del día a día. Como solución propuso encontrar tiempos para rezar y confiarle las preocupaciones.
FRANCISCO
'Viviendo siempre entra muchas carreras y cosas que hacer nos podemos perder. Acordémonos cada día de echar el ancla en Dios. Confiemos todo a Él. Y esta es la fuerza de la oración, que enlaza el cielo y la tierra, que permite a Dios entrar en nuestro tiempo'.
Por otra parte recordó que el cristiano debe afrontar la evangelización y los problemas del mundo con una perspectiva más activa.
Dijo que el cristiano debe estar menos centrado en sí mismo y preparado para trabajar por el bien común.
FRANCISCO
'Pidamos la gracia de no 'fosilizarnos' en temas no centrales, y dedicarnos plenamente a la misión urgente. Dejemos a otros los chismorreos y las discusiones artificiales de quien se escucha solo a sí mismo'.
Al terminar la ceremonia Génova despidió a Francisco con cantos populares. El Papa también pudo saludar a sus parientes del norte de Italia, de donde procedían sus abuelos y su padre antes de emigrar a Argentina hace casi 90 años.