Francisco denunció la tibieza. Dijo que si una Iglesia tiene miedo de expulsar demonios no es la Iglesia de Jesús, y que por eso, 'el espíritu malo prefiere una Iglesia tranquila, que no arriesgueâ?.
PAPA FRANCISCO
'Es éste el camino de nuestra conversión diaria: pasar de un estado de vida mundano, tranquilo, sin riesgos, que es católico, sí, sí, pero así, tibio..., al estado de vida del verdadero anuncio de Jesucristo, a la alegría del anuncio de Cristo. Pasar de una religiosidad que mira demasiado a qué gana, a la fe y a proclamar: 'Jesús es el Señor''.
Francisco recordó al beato salvadoreño Óscar Romero, que fue asesinado por denunciar las injusticias contra los pobres: es un ejemplo para salir de la zona de confort.
HOMILÍA DEL PAPA EN ESPAÑOL
(Fuente: Radio Vaticana)
El Papa partió del capítulo 16 de los Hechos de los Apóstoles, que narra lo que ocurrió a Pablo y Silas en Filipos, donde una esclava que practicaba adivinación los señala como 'siervos de Dios'. Se trataba de una alabanza, pero Pablo, sabiendo que esa mujer estaba poseída por un espíritu malo, lo echó.
Según el Papa, Pablo comprendió 'que aquel no era el camino de la conversión de esa ciudad, porque todo permanecía tranquilo'. No era la Iglesia de Cristo. Todos aceptaban la doctrina. Pero no había conversiones.
De hecho, dijo el Papa, San Pablo entendió el engaño y expulsó a aquel espíritu que, aun diciendo la verdad, o sea que él y Silas eran hombres de Dios, era también 'un espíritu de tibieza, que hacía tibia a la Iglesia'.
'En la Iglesia, cuando alguien denuncia los tantos modos de la mundanidad, se lo ve mal y es mejor que se aleje. Yo recuerdo en mi tierra, a tantos, tantos hombres y mujeres consagrados buenos, no ideólogos, sino que decían: 'No, la Iglesia de Jesús es así';'Este es comunista, ¡afuera!', y lo expulsaban, lo perseguían. Pensemos en el beato Romero, ¿no? En lo que sucedió por decir la verdad. Y tantos, tantos en la historia de la Iglesia, también aquí en Europa. ¿Por qué? Porque el mal espíritu prefiere una Iglesia tranquila, sin riesgos, una Iglesia de los negocios, una Iglesia cómoda, en la comodidad de la tibieza, tibia'.
El Papa recordó que los patrones de la esclava se enojaron porque habían perdido la esperanza de ganar dinero, puesto que ella ya no podía seguir adivinando. 'El mal espíritu entra siempre por los bolsillos'. 'Cuando la Iglesia es tibia y está tranquila, totalmente organizada, no hay problemas, mira dónde hay negocios'.
Pero 'además del dinero', el Papa se detuvo en la palabra 'alegría'. Pablo y Silas fueron llevados por los patrones de la esclava ante los magistrados que ordenaron que los apalearan y que después los pusieran en la cárcel. Y Pablo y Silas cantaban. Mientras cerca de la medianoche se produjo un temblor de tierra y se abrieron todas las puertas de la cárcel. El carcelero estaba a punto de quitarse la vida, porque lo habrían matado si los prisioneros hubieran escapado. Pero Pablo le dice: 'Estamos todos aquí'. Entonces el carcelero le pide explicaciones y se convierte. Les lava las heridas, se hace bautizar y 'estuvo lleno de alegría'.
'Es éste el camino de nuestra conversión cotidiana: pasar de un estado de vida mundano, tranquilo, sin riesgos, católico, sí, sí, pero así, tibio, al estado de vida del verdadero anuncio de Jesucristo, a la alegría del anuncio de Cristo. Pasar de una religiosidad que mira demasiado a las ganancias, a la fe y a la proclamación: 'Jesús es el Señor''.
Éste es el milagro que hace el Espíritu Santo. El Papa exhortó además a leer el capítulo 16 de los Hechos de los Apóstoles para ver cómo el Señor 'con sus mártires' hace que la Iglesia vaya adelante.
'Una Iglesia sin mártires produce desconfianza; una Iglesia que no arriesga produce desconfianza; una Iglesia que tiene miedo de anunciar a Jesucristo y de expulsar a los demonios, a los ídolos, al otro señor, que es el dinero, no es la Iglesia de Jesús. En la oración hemos pedido la gracia y también hemos agradecido al Señor la renovada juventud que nos da con Jesús, y hemos pedido la gracia de que Él conserve esta renovada juventud. Esta Iglesia de Filipos fue renovada y se convirtió en una Iglesia joven. Que todos nosotros tengamos esto: una renovada juventud, una conversión del modo de vivir tibio al anuncio alegre que Jesús es el Señor'.