Tras su paso por la capilla del aeropuerto el Papa visitó, como peregrino, el lugar de las apariciones de Fátima.
Fue recibido por el rector del Santuario y cientos de miles de peregrinos que esperaban impacientes su llegada.
Rezó en silencio durante unos minutos ante la imagen de la Virgen de Fátima y a sus pies dejó un ramo de flores.