Marwan Sehnaoui es el presidente de la Orden de Malta en Líbano. También es uno de los miembros de la Comisión designada por el Papa Francisco para investigar el reciente escándalo que ha salpicado a la Orden. Explica que la institución no es lo que se ha visto de ella.
MARWAN SEHNAOUI
Presidente, Orden de Malta en Líbano
'La Orden no son trajes rojos brillantes. La Orden no tiene nada que ver con aristócratas, nobles o personas ricas. La Orden es algo diferente hoy en día. La Orden tiene que ver con la nobleza del corazón, con la humildad, con las obras, con la juventud, con estar con la Iglesia como instrumento de paz'.
La Soberana Orden militar y hospitalaria de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta nació hace nueve siglos. De ayudar a los peregrinos de camino a Tierra Santa ha pasado a ser una potencia humanitaria cuya principal misión es la ayuda al más necesitado. En lugares como Líbano tiene además una especial función: Promover la convivencia entre las 17 denominaciones religiosas del pequeño país de los cedros.
MARWAN SEHNAOUI
Presidente, Orden de Malta en Líbano
'La gente desea vivir junta pero lo que separa a las personas no es la religión en sí misma, es lo que haces con la religión, es el modo en que se habla de la religión, es cómo los hombres quieren imponerse a través de la religión, o cómo se mete el miedo a las personas a través de la religión'.
La Orden de Malta trabaja en Líbano desde hace 40 años y ha ayudado a reconstruir un país que quedó arrasado por más de 15 años de guerra civil. Con sus proyectos revalorizan además la presencia cristiana en la misma cuna de la fe con un objetivo: Que los cristianos no se vean obligados a emigrar.
MARWAN SEHNAOUI
Presidente, Orden de Malta en Líbano
'La confianza que la Orden ha creado en todos los lugares en los que trabaja es porque nunca ha tenido nada que ver en los asuntos sucios de los partidos o de los políticos. Para nosotros la única cosa importante es el ser humano. Y las personas confían en nosotros, trabajan para nosotros, trabajan con nosotros y nosotros trabajamos para ellos. Somos una familia'.
La prueba son los más de 30 proyectos que solo en Líbano tiene en marcha la Orden. En ellos no solo prestan servicio a personas de todas las religiones sino que también las emplean. Por eso, no es extraño ver a médicos o profesionales sanitarios musulmanes que llevan la cruz de Malta con orgullo en sus uniformes.
Esa es la cara que la institución quiere que se conozca más allá de las intrigas que en los últimos tiempos ha ensombrecido una ingente labor humanitaria.